Hoy en día, nos encontramos con millones de productos en el mercado entre los que elegir; pero lo que verdaderamente nos hace comprar es el que dicho producto nos proporcione felicidad, emoción... Y una de las formas de conseguir suscitar dichos sentimientos es mediante la publicidad, claramente. Con este tipo de anuncios, el publicista, lo que quiere lograr es que el cliente piense que la suya es la marca en la que debe confiar. Realmente, el producto en sí, lo que compramos, es simbólico, pues lo que se nos está vendiendo es una emoción. Por ejemplo, lo que debería ocurrir cuando vamos a montarnos en nuestro coche es que soñemos con los momentos que vamos a vivir en él: las vacaciones, lo momentos que compartiremos con nuestra familia, etc.
Tenemos que tener en cuenta que, aunque no nos demos cuenta, el publicista es una especie de psicoanalista, que nos conoce y sabe lo que, los consumidores, necesitamos para ser felices. Se meten en nuestras mentes y si, el anuncio está construido correctamente, dan en nuestro talón de Aquiles.
Para que un anuncio que contiene una determinada llegue al corazón del espectador, tiene que haber una serie de ideas, como los personajes, la música... se unan y nos produzcan sensaciones estéticas con las que podamos identificarnos. Esa es la clave de la publicidad, que el futuro comprador se vea reflejado en el anuncio que despierte nuestras ansias de tener "eso".
Un Saludo de MªEmilia Polizzotto ;)
domingo, 30 de mayo de 2010
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