No son pocos los “famosetes” que se unen a campañas publicitarias de productos exclusivos para crear un cóctel de éxito: famoso + marca. Sin duda esta combinación ha dado resultados positivos. A través del personaje público, famoso o popular las marcas han intentado transmitir ciertos valores.
Lo que ocurre es que la popularidad del famoso parece conferir a lo que anuncia la dimensión universal de sus éxitos.
Para medir la popularidad de los personajes más célebres o populares, Personality Media realiza un profundo informe cada seis meses con el objetivo de asesorar a las Agencias de Publicidad a la hora de contratar un personaje famoso.
El Barómetro Personality Media se ha convertido en la herramienta más potente del mercado dada la cantidad de información comercial que
maneja.
Rafa Nadal, Javier Bardem, Matias Prats y Raquel del rosario, son algunos de los famosos de renombre en España según este barómetro.
Pero la utilización de un personaje famoso en la estrategia publicitaria no se libra de riesgos. Si el comportamiento privado del personaje es incorrecto, y su ética y moral quedan en entredicho, es posible que su imagen quede dañada. Como consecuencia, la imagen del producto también podría salir perjudicada.
En 2005, el “Daily Mirror” mostró en primera plana, fotos de Moss, en las que aparecía esnifando cocaína en una sesión de grabación de los Babyshambles.
El 20 de septiembre de ese mismo año, la marca de moda H&M anunció que sacaría a Moss de la campaña publicitaria de su colección de ropa de otoño.
Al día siguiente, Chanel anunció que no renovaría su contrato con Moss, aunque la compañía dijo que la decisión no tenía nada que ver con el escándalo de las fotografías.
Sin embargo, con el tiempo tuvo un efecto rebote: Moss pidió perdón, ingresó voluntariamente en una clínica de desintoxicación y, contra todo pronóstico, su imagen, su carisma y su caché salieron fortalecidos.
Un saludo de Sandra Comesaña ;)
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